BLIZZARD OF OZZ 1980
Nuestro protagonista se puso a componer como loco el material para su primer álbum debut como solista, el cual, vería la luz poco después. Para grabar tal obra maestra se hizo rodear de grandes músicos (lo cual ha sido una constante a lo largo de su carrera).
El grupo que grabo “Blizzard of Ozz” estaba compuesto por el joven y virtuoso guitarrista Randy Rhoads, una leyenda de los ochenta que venía de tocar con Quiet Riot; el bajista fue Bob Daisley, el que fuera miembro de Rainbow, mientras que detrás de la batería se sentó el ex Uriah Heep Lee Kerslake.
Con este álbum Ozzy saltaba de nivel, es decir, de instaurar con Black Sabbath gran parte de lo que sería el Heavy metal en las siguientes décadas, a dejar en claro cual sería su estilo durante los ochenta, presentando un magistral obra en solitario que efectivamente marcaria la pauta del resto de la década en cuanto a heavy metal, y dejando el listón muy alto para las imitaciones. Temas como “Mr. Crowley”, dedicada al satanista y ocultista Alester Crowley o “Crazy Train”, a pesar de su relativamente escaso existo inmediato, marcarían la senda del camino de los años ochenta, combinado los potentes riffs de Randy Rhoads con las maravillosas melodías que brotaban a borbotones de la cabeza del madman. Durante el verano iniciaron una mini-gira en Edimburgo que le llevo a participar en Reading con la misma alineación con la cual grabo el álbum. Curiosamente l disco encontró una mayor repercusión en USA, donde venderían casi el doble de copias que en UK.
Nuestro protagonista se puso a componer como loco el material para su primer álbum debut como solista, el cual, vería la luz poco después. Para grabar tal obra maestra se hizo rodear de grandes músicos (lo cual ha sido una constante a lo largo de su carrera).
El grupo que grabo “Blizzard of Ozz” estaba compuesto por el joven y virtuoso guitarrista Randy Rhoads, una leyenda de los ochenta que venía de tocar con Quiet Riot; el bajista fue Bob Daisley, el que fuera miembro de Rainbow, mientras que detrás de la batería se sentó el ex Uriah Heep Lee Kerslake.
Con este álbum Ozzy saltaba de nivel, es decir, de instaurar con Black Sabbath gran parte de lo que sería el Heavy metal en las siguientes décadas, a dejar en claro cual sería su estilo durante los ochenta, presentando un magistral obra en solitario que efectivamente marcaria la pauta del resto de la década en cuanto a heavy metal, y dejando el listón muy alto para las imitaciones. Temas como “Mr. Crowley”, dedicada al satanista y ocultista Alester Crowley o “Crazy Train”, a pesar de su relativamente escaso existo inmediato, marcarían la senda del camino de los años ochenta, combinado los potentes riffs de Randy Rhoads con las maravillosas melodías que brotaban a borbotones de la cabeza del madman. Durante el verano iniciaron una mini-gira en Edimburgo que le llevo a participar en Reading con la misma alineación con la cual grabo el álbum. Curiosamente l disco encontró una mayor repercusión en USA, donde venderían casi el doble de copias que en UK.
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